Te damos sugerencias y claves de como desarrollar la inteligencia emocional en estos tiempos. Los últimos años han sido toda una revolución, no sólo en el campo de la ciencia o la tecnología; sino también en el ámbito de las emociones y de cómo las expresamos.
Ahora es mucho más común escuchar o ver a figuras famosas hablar sobre la importancia de la salud mental.
Como el príncipe William, quien con su esposa hablan y lideran fundaciones para promover la salud mental y temas relacionados con la inteligencia emocional. Así como figuras del deporte admitiendo su vulnerabilidad emocional, pero que con la ayuda de expertos pudieron resurgir en su mejor versión.
El cambio de mentalidad en comparación con el pasado ha sido contundente, estos temas eran dejados para los psiquiatras o inclusive en algunas sociedades eran un tabú; sin embargo hoy podemos ver su impacto hasta en los equipos de desarrollo de software, asociados con personas frías, racionales o clichés de sujetos robotizados.
Mira TambiénLos beneficios del ecoturismo como terapia: Aumentar el bienestar a través de la naturalezaEsto ha venido quedando atrás, hoy en día empresas como Google o Facebook, en sus planes de carreras y competencias para sus empleados hacen énfasis en temas psicosociales. Como el control de impulsos, empatía, habilidades sociales y hasta cómo se relacionan sus colaboradores; puesto que en los nuevos entornos digitales la colaboración es un hito a alcanzar, más allá del desarrollo y la experticia técnica.
Pero a todas estas ¿Qué es la inteligencia emocional (IE)?
Daniel Goleman, un psicólogo/psiquiatra norteamericano, es uno de los mayores referentes a nivel mundial, siendo el precursor en su libro del año 95 “La Inteligencia Emocional” la define (IE); como “La capacidad de reconocer nuestros sentimientos y los de los demás, de motivarnos y manejar adecuadamente nuestras emociones”. Este breve, pero disruptivo, concepto en su momento, cambió por completo como vemos lo que significa ser inteligente; no sólo se limita a la capacidad de resolución de problemas matemáticos o habilidades entorno al lenguaje.
Las personas que tienen niveles alto de IE, tienen características específicas, como son el autoconocimiento; es decir saben cómo se sienten y sus estados de ánimo, así como su impacto en el ánimo de los demás. Otro rasgo es la autorregulación, que no es más que el control de los impulsos antes de actuar; la empatía es otra característica imprescindible, no sólo para las otras personas, sino también para sí mismos.
Mira TambiénCómo hacer un Ikigai paso a paso: La Guía Práctica de la Filosofía japonesaLas habilidades sociales también están presentes, puesto que las características anteriores, les ayudan a las personas a relacionarse y reconocer las emociones de los otros, lo cual hace bastante fácil su conexión. Finalmente, la automotivación juega un papel fundamental en la IE; ya que no se desesperan por el reconocimiento externo y ante la adversidad pueden motivarse a sí mismos y tener la fortaleza para seguir adelante.
Entonces ¿podemos aprender o mejorar nuestra IE?
Obviamente que sí. Los seres humanos tenemos un cerebro maravilloso, adaptativo y flexible; así como podemos aprender un nuevo idioma o habilidad también podemos hacerlo; es más a medida que vamos creciendo y viviendo experiencias, ya sean negativas o satisfactorias, ésta inteligencia se va desarrollando. No somos los mismos niños que teníamos una rabieta por un juguete u otro capricho infantil. Más, sin embargo, como adultos siempre podemos mejorar, por ello te traigo una serie de recomendaciones simples y prácticas para ayudarte con ello.
Claves para entender la Inteligencia Emocional
– Reconoce cómo te sientes y dale el nombre correspondiente, las emociones tienen nombre, si bien a veces podemos sentir la rabia como un ardor en la garganta, o la tristeza en el estómago, es importante que esa somatización reciba en nombre correcto, por ejemplo “Me tiemblan las manos, porque me siento impotente”.
–Pregúntale sinceramente, mirándolo a los ojos a otro, cómo se siente, esto nos permite conectar con los demás y empatizar, así como es un puntapié para aprender a identificar las emociones de los demás.
–Suprimir y reprimir no son una opción, el punto en este sentido es moderar y regular esas emociones, así como encontrar el espacio y momento adecuado para su expresión.
–Al sentir que estamos desbordados, cuenta hasta 10, 100, 1000, hasta donde sea necesario, pero concéntrate en la cuenta, no rumees, céntrate en la respiración mientras cuenta. Toma distancia de la situación o la persona, hasta que puedas regular como te sientes, una pausa no te hará daño.
–Escribe lo que estás sintiendo para liberar ese sentimiento, también puede ayudarte a calmar.
La IE es una actitud maestra
Como pueden ver la IE logra favorecer o desfavorecer nuestras otras actitudes, por eso es importantísimo ejercitarla; así como poder enseñárselas a nuestros hijos desde pequeños, para que al crecer sean individuos sanos. Sería fabuloso que este tipo de temas también pueda ser parte del currículo formativo en las escuelas y no esperar hasta a algún postgrado o formación específica para familiarizarnos con estos términos.
Pero hoy puedes empezar desde tu espacio, ya sea laboral, familiar o grupo de amistades; recuerda siempre no son las circunstancias, son nuestras actitudes hacia ellas.