En el noroeste de la República Argentina, específicamente en la pintoresca provincia de Jujuy, en medio de las montañas, que a pesar de su altura y lo sinuoso de la ruta completamente asfaltada desde el pequeño poblado de Purmamarca, se puede distinguir a lo lejos un espacio enorme de color blanco, que brilla y encandila.
Este brillo alucinante se va intensificando mientras más te acercas, pero no se trata de uno de los parques solares que hay en la zona o algún efecto de “apunarse” como le dicen en la región al mal de altura por la falta de oxígeno. Ya que estamos hablando de más de 3.400 metros sobre le nivel del mar, más bien se trata de una de las 7 maravillas naturales del país austral, Las Salinas Grandes.
Un paisaje que te abruma y estremece por tanta belleza
Sólo se distingue el silencio e inmensidad, a primera vista. Las Salinas son el producto de procesos naturales únicos, que a su vez las convierten en un ecosistema muy frágil debido a la escasez de recursos hídricos superficiales. La densidad de lluvia es muy baja sólo en los meses de veranos, eso sí, esto genera espejismos y postales fotografías únicas.
Mira TambiénEasy Bricks: Una solución sostenible hecha con tapones de soda | Construcción ecológicaEl vivo azul del cielo con el blanco resplandeciente, forma una línea del horizonte que de a momentos se siente como infinita; sólo truncada por el telón de fondo marrón de las montañas de los Andes con algunos picos nevados. Según la época donde se visite, todo armado de forma equilibrada y perfecta por la “Pachamama”.
Al llegar a las salinas por la ruta 52, la cual las atraviesa y conecta a Argentina con Chile, en los días soleados el reflejo del sol sobre la superficie cristalizada al principio puede causar un efecto cegador; pero una vez que los ojos se acostumbran la experiencia se torna más surrealista. En el suelo blanco se puede ver un trazado hexagonal, que te hacen pensar si es producto del hombre o de un superior.
La experiencia no se limita a solo caminar, al recorrer podemos encontrarnos con el personal de la cooperativa que se encarga de cosechar la sal, proceso que explicaré más adelante. Estas amables personas que se pueden identificar por el uso de chaquetas verdes van a responder de forma amable y dispuesta consultas sobre el lugar y te van a poner al día con la amenaza que acecha este inhóspito, pero hermoso lugar el cual desarrollará también.
Mira TambiénProyecto Parque de la Innovación: El Silicon Valley argentino y modelo para el futuroAdicionalmente, el personal de la salinas está ahí para sacar fotos a los visitantes, ya sea en los piletones (lugares donde se cosecha la sal) o en un espacio que han habilitado como el parador de fotos artísticas, donde te guiaran como posar, que hacer y hasta sugerir opciones de fotos para que el recuerdo de la visita sea más único y espectacular aún.
La cosecha de la sal
Como ya mencioné en las salinas se “cosecha la sal”; el cual no es más que cavar unos aproximadamente unos 80 centímetros de profundidad sobre la dura superficie. Esto forman los ya también mencionados piletones, en los cuales el agua va a surgir, de forma subterránea, ya que la misma viene desde las nieves que se derriten en los Andes, así como de las escasas lluvias del verano.
Aquí comienza la magia, porque la sal empieza a cristalizarse en la parte superior del agua, esto se puede observar claramente en los piletones; lo contribuye a enriquecer más la belleza del lugar, puesto que son de color azul turquesa, esto por la presencia del litio.
Volviendo a la cosecha, el proceso de cristalización dura un año hasta que se forman los llamados cristales, los cuales caen en el fondo para ser extraídos por el personal. Quienes vale la pena destacar que son todos habitantes de las poblaciones cercanas y forman esta cooperativa para la cosecha, extracción, transporte, mantenimiento y atención de los visitantes de las salinas, convirtiéndose en la principal fuente de empleo de la zona.
Tras unos días más de saco al costado de los piletones durante otro mes, la sal es transportada para ser procesada y luego vendida. Se puede encontrar en las salinas, también artesanías, sal de mesa, condimentos, recuerditos, hechos con sal por miembros de la comunidad, otra importante fuente de ingreso derivada de la misma.
Gestión sustentable y responsable ambientalmente
Las Salinas Grandes cuentan con una gestión sustentable y responsable ambientalmente por parte de los pobladores de la zona. Hoy en día tienen una amenaza, la explotación del Litio; si bien actualmente no se realiza en la misma, hay proyección para realizar en un futuro, ya que como es bien sabido está zona del noroeste argentino forma parte del famoso “Triángulo del Litio”.
La zona con las mayores reservas de este comodity a nivel mundial, que años recientes su demanda va en aumento, sobre todo por parte de los países del primer mundo que están en plena transición de su flota automotriz a los autos eléctricos cuyas batería son de litio.
Es muy grande el temor y preocupación en las comunidades de la zona puesto que si llega a pasar, no sólo el daño ambiental por la explotación del material, sino porque el mismo requiere de grandes cantidades de agua para la minería, recurso escaso en la zona y cuya existencia sólo se encuentra en fuentes subterráneas.
La desaparición de las fuentes de agua y contaminación podría causar según la estimaciones de expertos de la zona, el desplazamiento y hasta desaparición de los poblados aledaños. Quienes han vivido en la zona y mantenido sus costumbres y cultura a pesar de la colonización española por cientos de años.
Para finalizar, cualquier autor se queda corto para describir la experiencia de visitar las Salinas. No hay palabras o adjetivos que puedan plasmar el sonido del silencio; el sol abrazados sobre nuestras cabezas, los hexágonos perfectos bajo nuestros píes o la calidez y entrega del personal que está allí para concientizar y hacer de la visita algo único.