Mitos y verdades sobre el síndrome del impostor: Desvelando el Fenómeno Universal

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By Andrea Elisa Rigores

Última actualización: noviembre 26th, 2025 a las 08:18 pm

Esta información tiene un carácter meramente informativo. Para obtener asesoramiento o diagnóstico médicos, consulta a un profesional.

Hoy en día, las redes sociales están inundadas de consejos rápidos sobre salud mental. Y como psicóloga, esto me preocupa. Con tanto acceso a la información, corremos el riesgo de trivializar sufrimientos reales. Por eso, he decidido escribir este análisis profundo: para separar el ruido de la evidencia clínica y explorar a fondo los mitos y verdades sobre el síndrome del impostor.

Es probable que conozcas la sensación: ese eco persistente de una voz interior que te susurra «no eres lo suficientemente bueno», incluso cuando tienes el éxito en tus manos. A este fenómeno lo llamamos síndrome del impostor, y paradójicamente, afecta más a quienes más logros consiguen.

Si alguna vez has sentido que en cualquier momento te van a «descubrir», este artículo es para ti.

mitos y verdades sobre el síndrome del impostor

¿Cuál es la realidad sobre el síndrome del impostor?

Para bajar tu ansiedad, lo primero es aclarar el panorama clínico. Para responder a la pregunta de ¿cuál es la realidad sobre el síndrome del impostor?, debemos empezar por lo que no es.

No estás enfermo/a. Contrario a un mito muy extendido, esto no es un trastorno mental tipificado en el DSM-V. No es una patología. Es un fenómeno psicológico, una «experiencia emocional» que fue identificada en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes.

La realidad es que vives una doble vida:

  • Por fuera: Eres competente y exitoso.

  • Por dentro: Sientes que todo ha sido «suerte» o un «error del sistema».

Esta brecha genera una ansiedad agotadora. Y no estás solo en esto: se estima que hasta un 70% de los trabajadores lo han experimentado. Si figuras como Michelle Obama o Neil Armstrong han dudado de sí mismos, ¿por qué tú no habrías de hacerlo?

¿Cómo se manifiesta el síndrome del impostor? El ciclo de la duda

Lo más cruel de este fenómeno es que se alimenta de tu propio éxito. Es un patrón claro cuando analizamos cómo se manifiesta el síndrome del impostor: un ciclo vicioso que te atrapa.

  1. El Miedo Inicial (Ansiedad y Miedo) : Ante un nuevo reto (un proyecto o ascenso), sientes ansiedad extrema.

  2. La Reacción Defensiva:

    • O caes en la sobre-preparación (trabajar el triple para «asegurarte»).

    • O caes en la procrastinación (dejarlo para el final por miedo a fallar).

  3. El Éxito (La Trampa): Lo logras. Sale bien. Pero tu cerebro hace una atribución errónea:

    • «Salió bien solo porque me maté trabajando, no por mi talento».

    • «Tuve suerte de que no se dieran cuenta».

Así, tu mente nunca registra el éxito como propio y la creencia de ser un fraude se refuerza.

Los 5 Rostros del Impostor

La Dra. Valerie Young clasificó 5 arquetipos que vemos frecuentemente. Identificarlo es vital para sanar:

  1. El Perfeccionista: Si fallas en el 1%, sientes que todo fue un fracaso.

  2. El Experto: Sientes que nunca sabes lo suficiente y necesitas otra certificación más.

  3. El Superhumano: Buscas validación cargando con más trabajo del que puedes soportar.

  4. El Solista: Crees que pedir ayuda es admitir incompetencia.

  5. El Genio Natural: Te frustras si algo no te sale bien al primer intento.

Mitos y Verdades: El lado positivo que nadie te cuenta

Aquí viene el giro, al revisar los mitos y verdades sobre el síndrome del impostor, descubrimos una verdad liberadora: tu duda puede ser tu aliada.

Investigaciones recientes, como las de Basima Tewfik en el MIT, revelan que las personas con pensamientos de impostor suelen ser mejores empleados y líderes.

  • Verdad: La duda te hace preparar mejor tus tareas.

  • Verdad: El miedo a «no saber» te hace escuchar más a tu equipo y ser más empático.

El problema no es tener la duda; el problema es dejar que la duda te paralice. Tener un «momento de impostor» es normal y señal de crecimiento; tener una «vida de impostor» es lo que hay que cambiar.

 

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Claves para superar el síndrome del impostor

Olvídate de las frases motivacionales vacías. Para superar el síndrome del impostor, necesitas herramientas cognitivas reales para reestructurar tu mente. 

1. Cambia tu Narrativa (Reencuadre Cognitivo)

Tu cerebro miente. Cuando te digas: «Tuve suerte», oblígate a corregirlo conscientemente: «No, tuve suerte Y ADEMÁS trabajé duro y usé mis habilidades».

  • Herramienta: Crea un «Archivo de Evidencia». Guarda emails de felicitación y logros objetivos. Cuando te sientas fraude, lee los datos. Los datos matan al miedo.

2. Separa los Sentimientos de los Hechos

Sentirte incapaz no significa que lo seas. En Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), aprendemos a observar el pensamiento («Ahí está otra vez la voz del impostor») sin obedecerle.

3. Rompe el Silencio

El síndrome crece en la oscuridad. Cuando lo verbalizas con un mentor o amigo («Me siento aterrado con este proyecto»), le quitas poder. Descubrirás que casi todos a tu alrededor sienten lo mismo.

B. La Solución Sistémica: Cuando el problema no eres tú, es el entorno

síndrome del imposto
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Aquí es donde mi enfoque se vuelve sistémico. Como psicóloga, insisto en una verdad incómoda: no puedes sanar completamente en un entorno enfermo.

Dado que el 70% de la fuerza laboral experimenta este síndrome, es injusto poner toda la responsabilidad sobre los hombros del individuo. Las organizaciones tienen un rol vital. Si eres líder o tienes poder de decisión, estas son las prácticas que recomiendo implementar para «vacunar» a tu equipo contra el síndrome del impostor:

1. Implementar Mentorías Estructuradas

Nadie debería navegar solo un nuevo cargo. Si se asigna un compañero a los recién llegados, reducen drásticamente la ansiedad. No es solo «enseñar el trabajo»; es proporcionar un espacio seguro donde el novato pueda ser vulnerable sin miedo a ser juzgado.

2. Fomentar la Seguridad Psicológica

Necesitamos entornos donde se celebre el aprendizaje por encima de la perfección inmaculada. Esto empieza por los líderes: cuando un jefe admite «yo también me equivoqué en esto» o «yo también sentí dudas al principio», normaliza el sentimiento para todos y baja la guardia defensiva del equipo.

3. Celebrar el Esfuerzo, no solo el Trofeo

Hay que eliminar la cultura del perfeccionismo tóxico. Las empresas sanas reconocen la tenacidad y el proceso, no solo el resultado final. Es preciso re-etiquetar los errores: dejemos de llamarlos «fallos personales» y empecemos a tratarlos como «experimentos fallidos» que nos dieron datos para mejorar.

4. El Antídoto del Feedback Específico

El elogio vacío («¡Buen trabajo!») alimenta al impostor porque la persona piensa: «Lo dicen por amabilidad, no saben que fue suerte». Para combatir esto, el feedback debe ser quirúrgico. No digas solo que estuvo bien; vincula el éxito a una habilidad específica.

    • Mal: «Gran presentación».

    • Bien: «La presentación fue excelente porque tu análisis de datos fue muy sólido y tu oratoria fue clara». Esto le da al cerebro de tu empleado la evidencia que necesita para creerse su éxito.

 

El síndrome del impostor no es un defecto de carácter; a menudo es la señal de que estás saliendo de tu zona de confort. Si no te sintieras un poco impostor, probablemente estarías estancado.

La meta no es eliminar el miedo por completo, sino aprender a actuar con miedo. Transforma esa voz crítica en una brújula: si te dice que no estás listo, úsala para prepararte, no para detenerte. Eres más capaz de lo que crees, y tienes la evidencia para demostrarlo.

Pasa a la acción

El conocimiento es poder, pero solo cuando se convierte en acción. Te invito a dar un paso hoy:

  1. A la Reflexión: ¿Con cuál de los 5 tipos de impostor te identificaste? Ponerle nombre te dará poder sobre él.

  2. A la Comunidad: Únete a nuestra comunidad y recibe más análisis profundos directamente en tu bandeja de entrada. Estamos construyendo un espacio donde el bienestar es real, no perfecto.

 

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Andrea Elisa Rigores

Psicólogo. Tecnóloga. Escritora. Coach en Formación.

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