Mitos y verdades sobre el síndrome del impostor: Lo que hay que saber

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By Andrea Elisa Rigores

Hoy en día en las redes  nos hemos encontrado con muchas noticias o posteos que  hacen referencia al Síndrome del Impostor; así como técnicas, recomendaciones para superarlo.

En principio hay que  destacar que el síndrome del impostor, no es una enfermedad o trastorno mental; el mismo no se encuentra tipificado en el DSMV (instrumento utilizado por profesionales de la salud mental para describir y tipificar los trastornos mentales y de la conducta).

Que lleva a reflexionar, ¿será por el acceso a la información como nunca antes, es que algunas personas fácilmente asumen el rol de psicólogo y experto en diversos temas?. Estos inadecuados textos pueden generar desinformación, problemas y consecuencias nefastas; más aún en termas relacionados de Salud Mental. Por ello con este artículo se desenmascara lo que sí es el síndrome y todo lo que ello conlleva, desde el punto de vista de la Psicología.

Sin embargo, sí es un fenómeno psicológico, relacionado con el desempeño laboral de las personas; afecta a profesionales altamente calificados, de alto rendimiento, proporcionalmente más mujeres que hombres. Siendo mas afectados los de el sector tecnológico, según números de expertos, afecta a dos tercios de la población mundial. 

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Pero ¿de qué se trata?,  su principal característica es que las personas que tienen altas  capacidades, experiencia acumulada y el conocimiento necesario para desempeñar un rol laboral, sienten que les faltan herramientas, talentos y habilidades siendo sus éxitos o avances atribuidos a la suerte o factores ajenos a ellos.

Las personas que lo padecen, al endosarle a la suerte su éxito, se perciben como farsantes y que en cualquier momento un colega, supervisor o compañero de trabajo, va a descubrir que no tienen los conocimientos, la experiencia, ni la capacidad para cumplir con sus tareas, de allí el nombre de “impostor”. Sienten que están fingiendo ser alguien que no son en el trabajo. Adicionalmente, “los impostores” no están conscientes de que tienen dicho síndrome, por ende, su carga de estrés es mayor y no está asociado a sus tareas o carga laboral, ellos perciben esto como algo normal.

Las causas de esta problemática laboral se remontan al estilo de crianza, críticas  destructivas exacerbadas hacia la persona, niveles altísimos de exigencia, así como ambientes laborales o académicos estresantes. Todo ello forma un cóctel que afecta la autoconfianza de la persona con respecto a su capacidad.

La clasificación

Al ser un fenómeno laboral estudiado desde hace muchos años en diversas universidades, se ha llegado a establecer una tipología de los distintos tipos de impostor que podemos encontrar. A continuación, te los presento:

-El perfeccionista; son individuos que deben tener bajo control, no pueden  disfrutar del éxito laboral, porque siempre se puede mejorar o falta algo para mejorar.

-El experto: es aquella persona que tienen mucha experiencia en su campo, así como conocimientos del mismo, pero a pesar de esto “siente” que le falta; que todavía puede aprender o mejorar, por ende nunca es suficiente. Lo más grave es su temor a que uno de sus pares o supervisores se de cuenta de esta deficiencia.

-Superman o wonderwoman, son aquellas personas que necesitan tener el control total y absoluto de sus actividades y tareas laborales; el control les da seguridad, les es imposible trabajar en equipo, sienten que pueden con “todo”. Estas personas pueden dejar a un lado su ámbito personal y familiar para dedicarle tiempo a cumplir con las obligaciones laborales y aunque estén completamente satisfechas, sienten que pueden agregar algo más, lo que desemboca en el desarrollo de una acción al trabajo.

-Los individualistas, como bien lo indica su nombre, estas personas, no comparten o dejan que otra los ayude o trabajen con ellos; temen que otros puedan ver sus flaquezas o errores, por ello no aceptaran o buscarán apoyo de otros, o hasta pedir un consejo.

-El genio, estas personas, creen que las capacidades de realizar tareas o de tener un talento profesional, vienen innatos. Si hay una tarea o habilidad que no tenga y necesita desarrollar para su trabajo, lo verá como un imposible; ya que siente que no ha nacido para ello, por ende no se va a esforzarse o trabajar por ello.

Que hacer con el impostor

 Ahora bien, lo mitos y verdades sobre el Síndrome del impostor que hemos hablado y sus tipos realmente, podemos ir por unas breves y concisas recomendaciones para mitigarlos. Igualmente, si sientes o necesitas que no puedas con ello, te recomendamos buscar ayuda profesional, así como recordarte que no estás solo o sola.

-Deja de compararte con los demás, lo cual se hace difícil, en un mundo de redes sociales donde vemos las “fabulosas vidas” de muchas personas, por ende, esta recomendación va a ser un 2×1, limita tu uso de redes sociales.

-Si estás en ese puesto es por algo, reconoce tus logros y méritos.

-Cometer errores, es de humanos, se puede aprender muchísimo de los errores, así como crecer.

-Los errores son oportunidades de mejora, no de fracaso, es importante contemplar el aprendizaje que nos dejan experiencias desagradables, acéptalas y toma lo bueno que te dejan.

Si necesitas más información o sientes que puedes estar atravesando por este fenómeno psicológico, busca siempre ayuda en los profesionales y aplica a test de organizaciones reconocidas; así como a tener presente que no es una patología sino un fenómeno, que obviamente puede tener repercusiones en tus otros aspecto de la vida, por eso siempre que lo necesites, busca ayuda.

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