Al oír hablar de Estonia muchas personas lo asocian a la Unión Soviética, frío y un país poco conocido de Europa. Pero la realidad es que esta pequeña y joven nación, cuya independencia fue obtenida a penas en el año 1991, quedando en bancarrota, con tecnología obsoleta de la era Soviética, se quedo solo con un diferencial que sentaría las bases para la nación digital que es hoy, los mejores criptógrafos de toda la URSS.
A partir de esa base de conocimiento, voluntad política, se inició con una revolución en el país, no del tipo marxista, sino más bien tecnológico; lo que al día de hoy les permite a los 1.3 millones de estonios realizar el 99% de los trámites de forma online, a excepción de casarse, divorciarse y comprar una casa. Por ejemplo cuando nace un niño el sistema de salud reporta a las escuelas de la zona para que cuente con su cupo escolar. Otro trámite como el de declarar renta lleva sólo 3 minutos, así como la creación de una empresa de forma virtual puede demorar sólo 18 minutos.
Además los ciudadanos de este país pueden votar en linea. Lo cual puede que no parezca algo novedoso, pero el caso es que este tipo de servicios llevan más de 20 años funcionando. Mucho antes de las Apps en el celular, lo que ha permitido un ahorro descomunal en número de empleados públicos, horas hombre, burocracia y el uso de papel al Estado, lo cual repercute en el gasto público. Y así fue el comienzo de como Estonia se ha convertido en una potencia tecnológica, todo un ejemplo para el mundo.
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La revolución empezó en el año de 1992, cuando el primer gobierno democrático realizo algunas reformas y así mismo recibió el asesoramiento de ingenieros y expertos informáticos. El camino no fue fácil puesto que el presupuesto era bajo, por lo que el foco estuvo en la innovación y aprovechamiento de lo que se tenía, eso llevó hasta rechazar una donación de una central telefónica analógica por parte de Finlandia.
El gobierno confiaba en que el Internet sería el principal medio de comunicación, una apuesta arriesgada para la época, pero que no tardó en dar frutos, por ejemplo para el año 98 ya todas las escuela estaban conectadas a Internet.
En tal sentido influyó en esas generaciones que crecieron para continuar innovando. En el año 2000 ya Estonia contaba con un sistema de declaración de impuestos online, así como el pago de estacionamiento, muchos años antes de los teléfonos inteligentes y sus aplicaciones. Otros avances se fueron produciendo en dichos años, como el voto electrónico, convirtiéndose en el primer país en utilizar este método para votaciones nacionales.
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Luego de un ciberataque recibido en el 2007, a nivel de seguridad de la información en el año 2012 se produjo un hito importante a nivel seguridad, el uso de blockchain, sí la tecnología usada en las criptomonedas.
Esto ha blindado la información de los ciudadanos y le permitió al país liderar un programa de la OTAN dedicado a luchas contra posibles amenazas en seguridad.
Sillicon Valley de Europa
Los esfuerzos de la nación báltica no se detienen y en los últimos años ha creado un programa de incentivos fiscales para atraer a emprendedores y empresas interesadas en la tecnología. Esto en espacial ha contribuido a la creación de startups y unicornios; como lo fue en su momento Skype y luego fue comprada por Microsoft.
Este ambiente estable, con una legislación atractiva y la eliminación de la burocracia ha convertido a esta pequeña nación sea un imán para los nómadas digitales aunado a su Programa de E-Residency, del cual hablaré en otro articulo a profundidad, la posiciona como una de las naciones más avanzadas a nivel tecnológico no sólo de Europa sino del mundo.